PARA LA NIÑA QUE FUI
Ojalá hubiese sabido entonces todo lo que ahora sé.
Porque no me hubiese levantado pensando en que no era suficiente.
Porque la vergüenza que me hacían sentir no estaría ahí.
Porque no hubiese escuchado a aquellos que querían dirigir mi vida.
Porque el tiempo que pasé llorando lo habría empleado en reír.
Porque saldría a la calle fuerte, capaz y segura.
Porque no hubiese sido esa señorita para la que me prepararon.
Porque ahora daría más de un golpe en la mesa para ponerme en mi sitio.
Por eso me gustaría decirle a esa niña adolescente que sólo haga caso a su interior. Porque se arrepentirá de mil cosas, pero las habrá hecho por ella misma. Que no se deje engañar, la vida la hace cada uno y no hay un molde en el que tenga que encajar.
Libre. Con al cabeza muy alta y capaz. Con fuerza, que no es menos que nadie. Ni más. Y puede hacer lo que quiera con esta vida, que es suya.
Vive, ama y sé tan feliz que el día que mires atrás no sientas que arrancaron un pedazo de ti para moldearlo al gusto de otros. Porque ser diferente y no encajar es lo mejor que te puede pasar. Nadie es igual, lo importante es encontrar tu camino y seguirlo, aunque tropieces y caigas.
Porque la niña que fuiste acompañará siempre a la mujer que serás.
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