HOLA 2021
Ya sí que sí. Te vas.
2020. Sonabas bien, y prometías. Pero nos has abierto los ojos de golpe, con un guantazo a mano abierta.
Y hemos despertado. O eso espero.
A mí me has cortado las alas un poquito, por aquello de mi alma viajera. Pero me has enseñado a encontrar la calma en familia, con la tranquilidad que me hacía falta. He aprendido que nada era tan grave, que poquito a poco las cosas salen mejor y que lo importante es estar con aquellos que te sacan una sonrisa, que preguntan qué tal estás, que se preocupan por tus cosas. Y esas tardes en las que veía que, aunque pantalla de por medio, todos ellos sonreían, yo era feliz. No necesité mucho más que salud, unas cervecitas y comida en la nevera. Aprendí a cocinar con lo que había, cuando salir era difícil y todos nos lanzamos a la compra por internet, saturando el mercado. A guardar el miedo dentro, cuando tenía que contar un cuento, y a sacarlo fuera, si no quedaba otra. Los directos de Re-colócatePsicólogos me hicieron tanto bien… Aquí todos arrimamos el hombro para salir adelante.
Poco a poco, el arcoíris se ha ido dibujando. Pero muchas personas han quedado por el camino, porque no estábamos preparados para esto. Recortes y más recortes en lo público, que nos han hecho darnos de morros con esta realidad. Necesitamos a los médicos y a las enfermeras, y no los estamos cuidando. Necesitamos a los investigadores, que están muriendo de hambre. Y necesitamos canciones, teatro, vida y todo aquello que pone magia en nuestro mundo. Hemos pasado sin fútbol, pero no sin libros.
Y no os digo nada de la Educación, de los profesores que se
han dejado la piel y las cejas en las pantallas. Que han sabido hacer sentir a
nuestros pequeños que de esta se salía y dibujarles una sonrisa en la cara.
Estos niños que nos han dado la lección de nuestras vidas, aguantando «carros y
carretas».
Tenemos todo para ser felices, somos fuertes. Lo único que importa ahora, es la solidaridad, ayudar a los que lo necesitan y seguir luchando. Espero que aprendamos algo de todo esto. Aunque hemos pasado por crisis muy fuertes y salido como si nada, volviendo a crear burbujas que sabíamos que podían asfixiarnos. A veces, muchas veces, pierdo la fe en nuestra especie, no puedo evitarlo.
Gracias a todos los que habéis hecho que 2020 no fuese tan malo como podría haber sido. Nos ha salvado la humanidad, no la perdamos.
Ahora tú, 2021, no pierdas de vista lo que pasó. Y, sobre todo, pórtate bien con los que más han sufrido.
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