CUESTIÓN DE SUERTE
Que no tiene suerte, me viene diciendo de camino a casa. Y mi mente se va a otro lugar y a otro tiempo. En el coche con mis padres, a la salida del colegio, un día de lluvia. De los pocos que venían a buscarme para decirme que nos íbamos a algún pueblo cercano a hacer recados. Eso, para mí, era toda una experiencia, salir de mi rutina. El olor del coche, el gustito que da la calefacción cuando estás mojado. Y ellos. Que no siempre estaban, pero ese día sí. Tuve suerte. Y me sigue diciendo que él no la tiene. Es una tarde lluviosa, en las que apetece llegar a casa, y quedarse allí. Hasta preguntarle el tema 2 de Sociales puede ser un buen plan. Estar calentitos y ver la lluvia desde la ventana. No tiene suerte porque ha perdido cinco veces a algún juego. ¡Cinco! Y eso significa que le van a pasar cosas horribles. Porque, dice, tener apendicitis es una cuestión de suerte. Y él no la tiene. Sí un techo, un lugar donde ir si enferma, una buena educació...