¿Y SI SOY UNA MAMÁ HELICÓPTERO?

Empecé este blog pensando en escribir de muchas cosas y, al final, sólo escribo de crianza. Tendrá algún sentido.

Ser madre me ha cambiado. Hace muchos años, la abuela de un niño al que ayudaba a estudiar, que era un poco bruja (en el buen sentido, aunque para mí esa palabra no tiene ningún sentido peyorativo), me leyó la mano. Me dijo que habría un cambio muy grande en mi vida, justo en el lugar donde yo pensaba que se acababa (la línea y la vida). Y resulta que no era un final, era un salto.

El cambio pesó 2 kilos y 800 gramos y vino al mundo dándonos un buen susto. Para luego ser el centro de nuestras vidas.

Y sí. La maternidad me ha hecho otra persona. Porque he descubierto que soy más sensible, aún, de lo que pensaba. Porque los problemas de antaño se han quedado atrás para centrarme en otro ser. ¿Demasiado? Tengo miedo de estar convirtiéndome en una «mamá helicóptero» de esas que sobrevuelan sobre su polluelo para no dejarle hacer nada por sí mismo. Y no quiero



No quiero pedir, vía whatssap, fotos del libro de Mates porque se le ha olvidado traerlo y había que hacer la tarea. No quiero y lo hago. No me apetece solucionarle sus problemas, y lo vuelvo a hacer. Y así, sabiendo que no está bien llevarle la agenda, hemos cumplido ocho años juntos.

Ay, cómo cuesta dejar de controlarlo todo, pero es posible. 

Hace ya unos meses que cambié el chip, pensando en que si no se equivoca, cómo va a aprender. Así que, aunque por dentro la «mamá helicóptero» me grite que pida la tarea donde sea, la «mamá pasota» ha decidido confiar en lo que le dice su polluelo y que salga el sol por donde pueda. Así, sin agobios. Aprendiendo a cometer fallos, que tampoco pasa nada.  

Y lo cierto es que tampoco era para tanto, porque al final gana en independiencia y responsabilidad. Si no hace los ejercicios en casa, se busca la vida entre clase y clase o en la hora del recreo, pero los acaba.

Además, siente que confío en él aunque, algunas veces, sin que lo sepa, confirmo alguna cosilla en la red de madres (sí, normalmente somos todas mujeres). Tampoco pasa nada.
Pero, realmente. lo que quiero contar aquí es que criamos como podemos. Cada cual tiene sus circunstancias y hace lo que piensa que es mejor o lo que puede, y ya está. 

Ni en esto ni en nada, existe la perfección. Así que seguiremos haciendo lo que podamos, e intentaremos no juzgar, y sí apoyar lo que hagan los demás padres. Respetando y ayudando.





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