Taconeando

Alguien me dijo que el objetivo de esta vida era cumplir todo lo que deseásemos.      Echo la mirada atrás para intentar recordar cuáles eran esos sueños, qué deseaba cuando jugaba con mis amigos, tantas tardes, en la puerta de mi casa. Era una niña, casi una adolescente. Yo soy de la generación de Sensación de Vivir y Melrose Place. Digo esto porque, aunque en aquellos tiempos la Iglesia nos daba un poco la tabarra con que aquellas series no eran para niños (casi adolescentes), mi abuela me dio permiso para verlas, y también para soñar con ser lo que yo quisiera ser. Ella me dijo siempre que había que hacer lo que cada uno creyese que era lo correcto, y yo tomé sus palabras al pie de la letra. De ver todas las semanas Sensación de Vivir aprendí que la amistad tenía que ser así, una pandilla de amigos que se querían, y mucho. El tiempo me enseñó que las pandillas a veces duran y otras no, pero que hay amigos que siempre lo son, pase lo que pase. Melrose Plac...

Están aquellos que quieren acostarse el día 23 de diciembre y despertar el 7 de enero. Y esos otros que compran el calendario de adviento el día uno y decoran la casa con motivos navideños justo después de la festividad de todos los Santos. Y estamos los que aprovechamos el final del año para dar las gracias.     El caso es que las Navidades hay que pasarlas. Vienen con las cenas y comidas con los colegas y amigos, con los paseos por la ciudad llena de luces, los villancicos del cole y las noches con la familia, o con aquellos que quieren pasarlas contigo y disfrutar del cariño que les das (o las discusiones, según se tercie). Para culminar con el roscón, sus majestades los Reyes y los propósitos para el nuevo año, claro. El mío el año pasado había sido empezar este blog . Aquí seguimos. Este año con una nueva misión, casi imposible diría yo, pero eso no me va a frenar, claro que no. Quién no lo intenta, no lo consigue. Es un reto que podéis hacer vuestro,...

Llena la vida de paradas en sitios bonitos.   Porque no es una meta, un lugar donde permanecer. Ni un destino. «Hasta aquí llegué, ya está. Esto es todo, amigos». No. Esto es un paseo. Y si paras, hazlo en lugares donde valga la pena quedarse. Llegan las Navidades. Y a veces pienso que nos volvemos un poco locos entre el marisco, los regalos y la necesidad de consumir por encima de todo. Cuando llegan estas fechas me propongo parar, mirar las cosas desde otro sitio y pensar, realmente, qué es y qué no es imprescindible.  El día que mi hijo me dijo que no quería pedirle nada a sus Majestades me asusté. Porque eso significa que quizá tenga todo.   Todo lo que necesita. Y quedándome con la copla entendí que sí, que lo tiene todo y que las necesidades las creamos nosotros. Cuando están cubiertas, buscamos otras.   Pero esta vez sí. Lo tiene todo porque tiene cariño, porque tiene a una familia que le demuestra cada día que le quiere y porque siemp...