FLASHAZOS
De vez en cuando vienen escenas de otra época, que se debieron quedar grabadas en mi cabeza por alguna razón. Seguro. Sitios que jamás pensé que aparecerían en mi memoria a modo de destellos. Sin esperarlos, sin ningún sentido. Es el caso de la estación de autobuses de Cáceres . Qué viviría yo allí, para que no se me olviden las bajadas y subidas a ese autobús camino de mi pueblo, cuando con 14 años y unos meses empecé a estudiar fuera de casa, del calor de la familia, y cerca de unas monjas de las que hoy no hablaré aquí. Qué historias me ocurrirían en esos trayectos, qué cosas pensaría mientras esperaba "la viajera". Levi´s, Doctor Martens y ese Barbour marrón ya desgastado. El uniforme del internado, de las chicas rebeldes pero responsables, con ganas de comerse el mundo, que estaban haciendo amigas que serían hermanas, en esas paredes del oscuro y descomunal colegio. La angustia, las risas, las borracheras, los pitillos a escondidas. Las bolsas de gusani...