SOMOS MUJERES TODOS LOS DÍAS


Llega el 8-M y vuelve otra frase «genial» de esas que escuchas y lees en miles de sitios: «El día de la mujer es todos los días». Incluso, alguna mujer ha afirmado que todos menos el 8-M. 

(Lo que viene a decir que no hace falta celebrarlo tanto, coño, que sois unas pesadas, con el morado, las manifestaciones y esa retahíla de lemas que nos ponen la cabeza como un bombo.)

Y yo no puedo entender por qué molesta una celebración, cuando no tendría por qué. Algo de miedo hay. Los cambios siempre dan un poco de miedo, sobre todo a aquellos que no están acostumbrados a ellos.



Ya he hablado aquí de feminismo, machismo y todo lo demás. Claro que todos los días somos mujeres. Que todos los días trabajamos. Pero no ha sido fácil, nos ha costado alcanzar los mismos puestos de trabajo que los hombres ya tenían (en algunos sectores, aún no lo hemos conseguido). Nos ha costado tener independencia, económica y personal, nos ha costado votar, por ejemplo. Para todo ello hemos necesitado luchar. Sólo por nacer niñas. Y esa lucha hay que recordarla. Sobre todo, nos ha costado que se reconozca nuestro trabajo. En muchas ocasiones, tenemos que renunciar a él para cuidar a nuestros hijos o a nuestros padres. Echar un vistazo a las estadísticas, aún te hiela el cuerpo.

Pero es que, además, queda mucho por hacer. Por ejemplo, acabar con la violencia machista. Que no nos maten por ser mujeres, que no nos violen. Eso pasa, en nuestro país, y no es algo puntual. Que no tengamos que enviar un mensaje cuando llegamos a casa solas, después de una cena, porque la otra está intranquila. Pasa, todos los días. Que no tengamos miedo a viajar sin acompañante, que no nos discriminen en nuestros puestos de trabajo si nos quedamos embarazadas, que no tengamos que dar tantas explicaciones, que padres y madres, hermanos y hermanas, sean iguales a la hora de cuidar a sus hijos o a sus mayores. Se me ocurren miles de cosas por las que salir a la calle el 8-M. Porque tampoco me sirve esa otra frase que nos dicen de 8 de marzo en 8 de marzo: «Pero qué más quieren las mujeres».

No es una locura que pintemos las calles de morado el 8-M. Ser feminista es lo más razonable que hay. Es apostar por la igualdad de la mujer y el hombre en la sociedad. Porque nuestras hijas tengan los mismos derechos que nuestros hijos. Para que sean fuertes, independientes, trabajadoras, para que hagan lo que les salga de eso que sólo ellas tienen. Siempre, sin pedir permiso. Sin depender de nadie. Valientes y decididas. 

No hace falta estar de acuerdo con el manifiesto que nos convoca a la huelga y a salir a la calle (yo no lo estoy). Si tienes una razón para estar ahí, es mejor que estés.  Se lo debes a tus hijos y se lo debes a tus abuelos. Una sociedad sólo mejora si los cambios los hacemos entre todos, hombres y mujeres, en igualdad de condiciones. Libres.


Yo le pido a los partidos políticos que tengan en cuenta a las mujeres, no sólo para ganar votos. Que las valoren, que las ayuden. Porque siempre se han encontrado con muchas trabas para crecer en el ámbito laboral y también en el personal. Y, ahora, una nueva mentalidad se abre camino, va a arrasarlo todo. Y es que el cambio, inminente, será feminista, o no será.


Comentarios

Entradas populares de este blog

UNA FIESTA DE LA QUE YA FORMAS PARTE

Y TODO SE PONE DEL REVÉS PARA VOLVER AL DERECHO

AMARGURAS, LAS JUSTAS