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Mostrando entradas de febrero, 2019

TÚ PRIMERO, EL MUNDO DESPUÉS

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De vez en cuando nos viene bien tomar un respiro. Los padres y las madres necesitamos nuestro espacio, juntos o separados.      Esta semana me he dedicado a mí. A andar sin prisas, a disfrutar al cien por cien de mi clase de Pilates, a mirar escaparates, a relajarme mientras me hacía la pedicura y a reír a carcajadas con otras madres, que ya son mis amigas por derecho propio. Llevarte bien con las madres de sus colegas es una suerte. Es sentirte a gusto con quien tienes que pasar más tiempo ( paso con ellas más que con mi marido) . Y esto es más intenso cuando su vida social empieza a crecer y llevas la agenda de tu hijo, como una secretaria. Menos mal que sólo es una . Las agendas de los niños son tremendas. De cumple en cumple y tiro porque me toca. Parques temáticos, de bolas, meriendas, columpios…  Algún día acabará esto y os echaré de menos. E igual, como decíamos ayer entre risas, nos vamos al parque de bolas – sin ni...

EL REGALO MÁS DIFÍCIL

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Nos preocupa su felicidad. No sé si lo que queremos es ver a nuestros hijos felices o preparar personas que sean felices en un futuro. No nos gusta ver sus lágrimas, queremos que lo tengan todo (en especial aquello que nos faltó a nosotros), estar junto a ellos siempre, que vivan mil y una aventuras, que viajen o que tengan un día de cumpleaños muy especial. Podemos seguir sumando hasta hacer una gran lista de cosas y momentos que – creemos – hacen a nuestros pequeños sentirse bien. Muchas veces, el darle todo lo que piden hace de ellos niños que tienen poca tolerancia a la frustración, ya que no necesitan esforzarse para conseguir aquello que desean, que les llega de una forma fácil y casi siempre rápida. Otra cuestión, muy diferente, es darles las herramientas para que ellos gestionen sus problemas y, una vez hecho esto, se sientan serenos, realizados y felices. Presencia. Tolerancia. Educación. Límites .  Los límites son un regalo muy preciado y difícil de h...

MI TATARABUELA ENCARNA

Soy de las que opina que una de las cosas más importantes que tenemos son nuestras raíces. Nos hacen crecer plantados en este mundo, conocer de dónde venimos.    Cuando oigo eso de que es bueno olvidar el pasado, para cerrar heridas o para que no duelan, me pregunto cómo es posible cerrar heridas sin desinfectarlas. Me quedo con ganas de saber más, mucho más, de mi familia. Porque se van perdiendo los contactos, las vidas van muy deprisa y cuando nos demos cuenta, nadie podrá hablarnos de esa historia. Por eso, creo, es tan importante pasar momentos de calidad con los más mayores. Con mi abuelo materno tuve tiempo de hablar largo y tendido del pueblo en guerra, de su infancia y de su vida. Pero me he dejado muchas cosas en el tintero. Una de ellas es la historia de mi tatarabuela Encarna. La bisabuela de mi padre, la abuela de mi abuelo. Llegaron a mis oídos noticias de ella el día que alguien me dijo que era igual que yo. No la conocía. No sabía de quién me h...

¿Y SOLITO LE VAS A DEJAR?

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Pregunta estrella. Seguro que a muchas y a muchos os suena.   No la escucho todos los días (de ser así, estaría aún más loca de lo que estoy) pero sí de reunión en reunión familiar, casi siempre que visito mi pueblo e, incluso, alguna que otra vez aquí, en Madrid. La última vez que salió el tema fue, precisamente, en la capital. Estábamos esperando a que el semáforo se pusiese verde, cuando una señora me preguntó si era mi hijo. Claro – le contesté toda divina (que igual se había pensado que era su hermana mayor o su cuidadora teenager ). Y, así, sin más preámbulos me hizo la original pregunta: ¿Y no le vas a dar un hermanito? Yo ya no me inmuto. Después de siete años ensayando la contestación, la tranquilidad me invade y con una sonrisa radiante, contesto: No. Y punto, sin más explicaciones. Solo faltaba. Pero ella insiste. Y llega la pregunta estrella, esa que te hace sentir un poquito mal, esa que te indica que esa decisión tuya no está dentro de lo soc...

¿ALGUIEN MÁS QUE SE TRANSFORME EN HULK AL VOLANTE?

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Lo sé, pensáis que exagero. Que soy muy dulce, muy tranquila, que no me enfado. ERROR.        Hay un momento del día en el que me transformo. Son las 9 menos 7 minutos de la mañana y arranco el coche de camino al cole. Primer semáforo, primer atasco, primera "pirula" del día. Entonces llega. Puedo notar como la ira recorre todo mi cuerpo. Soy consciente, además, de cada uno de los insultos que ¿se me escapan? No estoy tan segura de eso. Quizá lo hago adrede, como una forma de terapia. Yo tengo mi carácter, y es fuerte. Pero la transformación que sufro en el coche, ese punto casi de locura, lo alcanzo sólo en los pedales de mi huevito . Me olvido de que no estoy sola . Busco en el espejo retrovisor un poco de entendimiento en su cara, pero él ya piensa que todo está perdido, ha decidido que su madre está loca, que a los mandos del coche es un ser distinto. Y rezo entonces para que no se lo cuente a la profe, porque yo, además, trabajo escribiendo, en bu...